Filiberto Beltrán; no conoció los límites del humor


Por: Aramis Fernández Valderas


Existen personas que con su actuar se convierten en personajes populares que distinguen a una ciudad solo por ser diferentes y darle alguna que otra nota, fundamentalmente curiosa, este es el caso de Filiberto Beltrán Valdés un hombre que nunca conoció los límites del humor para convertirse con el tiempo en uno de los personajes más populares de esta ciudad situada en el mismo centro de la Isla de Cuba.

Muchos no lo conocimos personalmente, pero está el testimonio oral de los habitantes del territorio y fundamentalmente el de sus cuatro hijas Mirtha, Dulce Maria, Margot y Magalys hijas que acceden a la solicitud de www.rcabaiguán.cu para dejar constancia de su padre.

Mirtha Beltrán: “El iba a la escuela igual que cualquier niño de su edad después, montaba una escuelita en la casa, él era el maestro y daba clases y reglazos a diestras y siniestras, hasta que mi abuelo tuvo que desbaratar la escuela pues papi se creía que verdaderamente era el maestro.

De su paso por la escuela primaria hay varias anécdotas; una vez la maestra le pregunto que le nombrara un animal carnívoro y contestó que la gallina y maestra le corrigió.
- La gallina no es un animal carnívoro.
A lo que mi papá repuso: Si lo es porque cuando mi mamá está machacando el tasajo ella vuela y se lo lleva”.

Dulce Maria Beltrán: “Yo lo recuerdo porque a parte de ser mi padre era mi amigo y gozábamos mucho con las cosas que el hacia, muy cómico, jocoso y siempre de buen humor, incluso una vez en el merendero (bar) se hacían colas muy grandes y una vez llego a una cola de esas largas con una vara de pito de caña brava y amarró en la punta un jarrito y echó la peseta dentro de él y por encima de la gente paso la caña brava para que le echaran el poco de café y se lo echaron tan solo por aquella ocurrencia, uno de la cola protestó le dijo que era un descarado y el le respondió: Hubieras estudiando como yo y te hubieses aprendido los 27 mandamientos de la cola”.

Los dos timones
Magalys Beltrán: A él le gustaba hacerle maldad a todo el mundo entonces los mecánicos dijeron que hoy le va tocar la maldad a Filiberto Beltrán y llevo la camioneta al taller del Gallego Bella y le dicen bueno Beltrán hoy no te podemos sacar la camioneta porque tenemos mucho trabajo era viernes dice esto sale para el lunes, vienes el lunes a recogerla y se fue contento pues así no tenia que trabajar el fin de semana.

Cuando llega el lunes tenia puesto un timón igualito al izquierdo pero en el lado derecho después que vio aquello dijo:
-Me fastidiaron, los mecánicos, está bien ganaron ustedes.
Salió en su camioneta a trabajar enseguida vio a una vieja que le dijo que iba para Punta de Diamante y ella sorprendida le pregunto que para que utilizaba los dos timones el automáticamente le respondió que le daban unos ataques y que el otro timón era para que el que iba con él condujera el camión mientras se le pasaba, yo le aviso porque se cuando me van a dar los ataques y ella le pregunta como es que le dan, y el respondió me entra un picazón en la cabeza y en la barriga.
Cuando iban por la mitad del camino ya a la vieja se le había olvidado aquella conversación porque comenzaron a hablar de otras cosas y al poco rato comienza el a arrascarse la barriga y la cabeza y la señora asustada e dice:
- Oiga señor déjeme aquí mismo, ahora mismo, que nos vamos a matar.


En busca del hijo varón

Margot Beltrán: “Todo lo que él hacia le daba gracia a la gente y se reían a veces sin proponérselo, por ejemplo llegaba a la casa de algún lugar y enseguida nos llamaba y nos decía tu sabes lo que sucedió esto lo otro y así nos contaba lo que le había ocurrido y nos reíamos puesto que nos contaba aquello para que viéramos lo que había sucedido, eso era como para hacernos participes de lo que le había ocurrido a él con un vecino o con alguna persona aunque el no la conociera.

El quería tener un hijo varón y eso es parte de los cuentos que el nos realizaba y entonces allá en El Purial había un isleño, que tenia una vaca la cual le parió dos terneros jimagua, y tenia dos pares de hijos jimaguas varones, entonces el dijo que iba a llevar a Nena su esposa a ver si le cogia un parto. Papá velo al isleño un día que iba para el pueblo pues cerca de la casa había un camino por el cual este hombre tenia que pasar, él lo aborda y le dice que si le podía hacer un favor, el isleño le pregunta que favor y papa le dice, chico yo me entere que tu tienes cuatro hijos varones producto de dos partos jimaguas, y la vaca también te parió dos terneros, yo tengo tres hijas hembras y esperé seis años para preñar la mujer a ver si me salía un varón y me volvió a salir hembra, chico a ver de que manera tu me puedes preñar la mujer para tener un hijo varón y el isleño le metió las espuelas al caballo y le dijo usted lo que es un depravado.

Los tenis de de Beltrán

Magalys Beltrán: “Bueno con los tenis grandes de mi papá paseamos todas los carnavales, yo recuerdo que una vez fuimos al coopelia de Santa Clara recién inaugurado y se hacían unas colas tremendas, y hacía mucho frío, fuimos a buscar a Margot que estaba en la universidad y el llevaba los tenis en la camioneta pero nosotros no lo sabíamos, nos dijo vayan marcando la cola que voy a parquear la camioneta, veíamos que se demorada mucho y era que se estaba calzando los tenis con trapos viejos.
Cuando llegó a la punta de la cola le dijo al portero que lo dejara pasar que tenia un dolor en los pies, inmediatamente el portero se los miró y enseguida lo dejo pasar, imagínense se le veían hinchados y se sentó y comenzó a mover los pies y nos hacia muecas como quien dice sigan haciendo cola ustedes que ya yo estoy tomado helados jajajjaja.

El narrador de béisbol

Dulce María Beltrán: “El era muy aficionado al béisbol, iba hasta alos juegos de manigua, recuerdo que aquí en Cabaiguán había un pelotero que se llamaba Wenceslao Lara y el equipo de Cabaiguán iba perdiendo con el de Santa Clara tres por cero y se habían llenado las bases, le dijo ven acá Wenceslao ponte el traje de pelota y ven para que batees y le quitó al narrador el micrófono para narrar el momento dramático aquel y cuando se paro el bateador dice: Bueno en estos momentos el bateador emergente al bate Wenceslao Lara todos atentos viejas y jovencitas al tolete de Wenceslao.


Beltrán en la radio local

Mirtha Beltrán: “El tenia que buscar fuera de su finca la manera económica para mantener a su familia y todos los años por octubre noviembre se iba para el Escambray en busca de lechones para engordarlos un poquito con vistas al fin de año.
El se llegaba a la emisora que había en el pueblo y le decía a Anguito, dueño y locutor de la planta radial: Yo te voy a dar un lechón y tu me le tienes que hacer propaganda de que yo tengo puercos para poder venderlos, entonces, lo que bajaba para allá era un fenómeno a veces tuvo que vender la puerca paridora

Margot Beltrán: Una vez se hizo un concurso en la emisora buscando el poeta o el repentista y él se presentó, aquella noche habían varios concursantes, había que cantar una décima, detrás del cristal miraban muchas personas, el premio eran cinco pesos y una maquina de afeitar y el ganador lo definía el público por aplausos, el cantó una prosa que nada tenía que ver con una décima, decía unas cosas cómicas y un señor que había cantado de lo mas bonito un décima comenzó a hablar cosas de mi papá que al final se llevó el premio de la popularidad .

Pero al otro día él tenía que ir a Trinidad a buscar puercos y llega a una casa donde él conocía al dueño de la misma, pero no a la mujer y llega y mi papá le pregunta ¿señora usted oye los poetas? y ella le dijo: los oía hasta ayer porque ahí cantó un señor llamado Beltrán que fue el ganador del concurso y sin embrago había otro que cantó mejor que él y no se ganó el premio, el hombre de la casa le dice oye fulana tu sabes quien es el hombre que cantó ayer en la radio, dice ella quien sea, no servía, pues mira, es este señor.

Decía que la mujer bajo la cabeza y no hallaba donde meterse del tiro se metió para la cocina y no salio más”.

Filiberto el padre ejemplar.

Mirtha Beltrán: “Nosotros nos hemos sentido contentos tanto del papá como de la mamá que tuvimos, mi papá fue un padre ejemplar porque mucha gente conoce lo simpático pero no saben de la integridad moral, de su participación en la guerra revolucionaria, fue un hombre valiente dió demostraciones de tener entereza, en una ocasión me dijo nunca permita que se reían de usted y yo le dije, pero papi si de ti se ríen cantidad, me respondió no la gente se ríe de lo que yo digo, que no es lo mismo”.

Margot Beltrán: “Él con nosotros fue muy cariñoso, juguetón, nosotros lo mimábamos mucho lo teníamos como su hubiese sido un muchacho para jugar porque él se prestaba para eso siendo nosotros pequeñas y nos encantaba salir con el a pasear o hacer visitas como éramos campesinas solo hacíamos visitas nos sentíamos bien y disfrutábamos su compañía”.

La muerte de Filiberto Beltrán, privo a Cabaiguán de un personaje popular que supo imponer respeto y hacer reír con las ocurrencias, pero su legado está ahí forma parte del patrimonio inmaterial de este pueblo que sigue riendo con sus ocurrencias

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