Pirámide patas arriba



Por: Aramis Fernández Valderas

A Hans Kelsen, nacido en Praga en 1881;  profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Viena, se le considera como el fundador de la concepción piramidal en la organización del mundo legislativo. En matemática, una pirámide es un poliedro, cuyas caras triangulares parten de una base y terminan en el vértice.

Tanto Kelsen como los matemáticos, no la conciben patas arriba y así debe ser toda pirámide, hasta la salarial,
pero esto no ocurre en Cuba y Cabaiguán no es la excepción.

Vender refrescos en un punto de cuenta propista, trasladar personal sobre un carretón tirado por caballo o pintar muñecos de yeso, son labores mejores remuneradas, comparadas con las del médico, el maestro, el abogado, el periodista……la lista es extensa.

Estos especialistas debían estar en la cúspide del poliedro, pero la pirámide está invertida. No hay quien acabe de enderezarla por mucho empujón que se le ha dado, lo peor, cada cual esta buscando la manera de ponerla en su sitio de forma individual.

Tenemos déficit de profesores en el municipio, no obstante se apoya la capital provincial en la docencia. ¿Es esta la solución?, ¿Cuántos buenos maestros cabaiguanenses se han desplazado a otras labores?,

¿Se conoce cuantos graduados universitarios están de maleteros en lugares turísticos para vivir de las propinas?, ¿Cuántos de choferes de autos para el alquiler o detrás de una carretilla ofertando productos del agro?.

Según el anuario estadístico de 2015 alrededor de un millón 400 mil personas laboraban en los sectores  cooperativos o por cuenta propia, ellos no devengan salarios estatales, al contrario, contribuyen con el presupuesto estatal, gran parte con altos impuestos, sin embargo, los empleados en el sector presupuestado, no reciben incremento alguno en su tasa salarial.

Somos los presupuestados quienes más empujamos la pirámide, al parecer no tenemos las fuerzas suficientes, depende de muchos situarla sobre su base y de alguna manera rescatar a tantos cerebros desperdigados en menesteres donde sus capacidades no se explotan en toda la magnitud, además de evitar la migración incluida la laboral, muy de moda, al menos en Cabaiguán.

Nuevos braceros, muchos empleados en el sector estatal, marchan a otros países a trabajar, tres meses, en condiciones deplorables, pero con mayores salarios, regresan y vuelven. ¿Cuántas mujeres cabaiguanenses, excelentes trabajadoras, ya no lo hacen en su tierra, sirven de cuidadoras y criadas en el extranjero, de ellas varias profesionales por salarios bajos en esas naciones, pero si superiores a los nuestros?

No solo el aumento de salario endereza  la pirámide, son muchos factores, por alguno se debe empezar si en realidad deseamos proteger nuestros profesionales. No se puede continuar debatiendo, si primero debe aumentar la productividad o el salario, toda una vida ha existido la interrogante que surgió primero, si la gallina o el huevo, Las gallinas no piensan y sino se les sirve suficiente comida dejan de ser productivas, ovulan menos, sus posturas son más chicas y hasta de olvidan de nidar.

En cambio nuestros profesionales piensan, tienen que buscarse su comida y cuando sus salarios no son suficientes para enfrentar el mercado, buscan otras fuentes de empleo, aquí o en el extranjero y en ambos lugares son productivos.

4 comentarios:

  1. Aramis disculpa que ocupe este espacio para ventilar esta inquietud. Para “curarme en salud” como decían los viejos de antes, me atengo a tu gusto por la verdad y la historia. El día 10 de julio 2017, salió un trabajo de Marlene E. García Pérez y Mirta Z. Estupiñán, publicado en la página de Radio Cabaiguán. En el dicen que existía un ramal de ferrocarril desde 1880 que comunicaba a Cabaiguán y Placetas, la primera vez que leí algo parecido sobre este ramal fue en un libro de Mario Luis López Isla. Sería bueno que se aclarara esto y antes de imprimir el diccionario citaran las fuentes de donde lo tomaron. La historia del ferrocarril en Cuba está bien documentada y no menciona este ramal, tampoco en los libros que tratan sobre la guerra del 95, además económicamente no encaja con la realidad de la época. El trazo del planeado ferrocarril Caibarién /Sancti Spíritus era por el Camino de Santa Cruz y no tocaba el “poblado” de Cabaiguán, pasaba por Cuatro Esquinas, entre Santa Lucia y Cabaiguán, pero el último tramo apenas logro llegar de San Andrés a Placetas en 1880 y de ahí no siguió. Según tengo entendido, hasta la llegada del Ferrocarril Central en 1902 no hubo conexión por ferrocarril entre el poblado de Cabaiguán y el de Placetas. Hasta donde sé, solo hubo tres líneas que entraron del municipio Placetas al municipio Cabaiguán (digo municipio, no poblado): La mencionada de 1902, que si llego al pueblo. Otra que ya no existe y fecha imprecisa, al menos para mí, que salía del central Zaza y llegaba a Pocitas (o sus alrededores), según algunos fue hecha por los 1920s, otros dicen que fue después de terminada la Carretera Central en 1931, el caso es, que cuando íbamos de Cabaiguán a Placetas le pasábamos por debajo, pues había un puente de hierro que le decíamos El Túnel, estaba entre Las Marías y El Hogar. La 3ra, que tampoco existe, era una línea que iba del central San José a Violeta Seis, cerca de Jíquima de Peláez, esta no fue hecha de un tirón, fue creciendo poco a poco y a finales de la década del diez ya estaba por llegar a Sabanilla, después con ramales a Hortelano y Jíquima de Gómez, - cont.


































































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  2. en 1924 llega a Gavilanes y Aguada de Corrales, donde hacen una “base”, sacan relleno y toman agua de los huecos excavados para la locomotora sin tener que ir a Los Tanques de Sabanilla, la aguada más cerca, continúan hasta lo que será luego el “entronque” con un ramal hasta los “chuchos” de Zarza Gorda y Echenique; la “principal” sigue, hacen un apartadero (lugar que tú conoces) y antes de atravesar el Zaza y dejar el barrio de Tibisial, municipio Placetas y llegar a Vega del Paso, barrio Pedro Barba municipio Cabaiguán, tienen que hacer un relleno enorme, se valen de una línea que pudiéramos llamar “aérea”, pues estaba montada sobre una armazón y pilares de madera que fueron rellenando, sin quitarlos, hasta llegar a las márgenes del Zaza, ahí se hace el puente - (que luego en 1944 se lleva una creciente y hacen el otro en 1945 que también se lleva otra, creo que en el 2002), al pasarlo hacen una aguada formal con tanque elevado, una caldera de vapor con un donky para bombear el agua, un barracón y un apartadero de servicio para el tanque de combustible (fuel oil), una casilla y estadía para la locomotora; siguen y llegan a Lote Grande (Violeta Dos y Tres) y ramal a El Sapo (violeta Uno), luego continúan hasta los chuchos de Violeta 4, Violeta 5 y Violeta 6, donde después hacen un viradero en triángulo para virar locomotoras. Hoy quizá no entiendan el vínculo que existía entre los pioneros de allá dentro con esta línea, además del económico que los unía al central por la caña, se sacaba parte de lo que producían (aves, huevos, frutos menores etc.) y le llegaba parte de lo que consumían (hasta el pan), e incluso el médico (el único), que una vez a la semana venia en su motor de línea y si el paciente estaba impedido de llegar a la línea, los familiares traían un caballo ensillado; ni hablar del teléfono de “manigueta”, que con sus timbrazos largos y cortos (tráfico en San José era uno largo), traía la alegría de saber si una parturienta que había ido a dar a luz a Placetas había tenido hembra o macho, o la tristeza de algún fallecimiento. - Cont.

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  3. Por eso hoy te topas, por ejemplo, con viejos de Violeta que no están inscriptos en el Registro Civil de Pedro Barba, que estaba en Jíquima de Peláez, y son “naturales de Placetas”. Aunque Cabaiguán se podía tocar con la mano, la cercanía no ayudaba, los caminos eran muy malos y cuando llovía eran intransitables, los ríos se desbordaban y no había ni puentes, las carretas se perdían hasta los limones. Claro que estas cosas fueron mejorando paulatinamente y después de la Segunda Guerra Mundial hubo mejoras en los caminos, mejor transporte (sapas, comandos y yips del material excedente de la guerra), puentes, que, aunque bajos resolvían cuando no llovía duro; pero el arraigo, la fuerza de la costumbre, la confiabilidad en el motor de línea, aun con tiempo malo, y los lazos por las prestaciones que ofrecía el central, hicieron que se siguiera gravitando alrededor de San José y Placetas. Incluso el primer intento de vender el petróleo hallado, en las que luego fueron Las Minas de Jarahueca en los 1940s, se le hace a Eliodoro Agüero, a la sazón jefe de locomotoras de San José, la cita se dio (creo) en casa de Eustaquio “El Gomero”, participaron uno de los Delgado, otro que no sé quién era y Gil Torres “el juez de Jíquima”, a los proponentes no les entraba en la cabeza, que con la escases de combustible por la guerra, las locomotoras no pudieran quemar el “chapapote” que era casi igual al que usaban estas, dicen que el “juez” con cuatro corojazos adentro dijo: “marchante, este no sabe lo que dice”, y se metió otro, Agüero se montó en la máquina abrió la válvula y le dijo a Benito el fogonero, que también le gustaba chuparle el rabo a la jutía: “¿te quedas?”. Esta anécdota era contada por el viejo Burgos el de la “Vizcaína” (motor de carga) y Dimas San Luis motorista de pasaje. El hijo de Burgos, Manolo, todavía vive en San José. -cont.

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  4. . A la construcción y luego mantenimiento de esta línea vino gente de todas partes, canarios, gallegos, vascos, mallorquines y también gente del “patio”, Placetas, Zulueta, Caibarién, Yaguajay, (¿quién sabe de cuantos lugares más?) y Cabaiguán, por supuesto. Muchos se casaron con hijas de los colonizadores que habían llegado primero y formaron familia, otros optaron por el cura matojo, se llevaron muchachas autóctonas y luego para mitigar la fechoría se casaban y morían viejitos uno del lado del otro. Esta línea era de 36 pulgadas de trocha y conectaba con la de Caibarién/Placetas vía Zulueta, de 36” también y hecha en 1878, el paradero del central era Veguitas; en Placetas (Cumbre), podías tomar tren para La Habana, Santiago, Fomento o Trinidad etc., y en la Estación Norte para otros lugares; en Tahón , para Morón y Nuevitas etc.; en Caibarién podías tomar uno de vía más estrecha -27 pulgadas- que te llevaba a Yaguajay, Mayajigua, etc., hasta Chambas. A pesar de estar en las quimbámbaras, el fango llegar a la aleta de la montura y la época tan remota, la línea te llevaba a la civilización. Chico la inquietud se puso larga y acabo con un teque socio/histórico/anecdótico. Espero en Dios que nadie de los que menciono, ni sus herederos se ofenda. Gracias.

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