Por: Aramis Fernández
Valderas
Transitar de niño o niña a
la edad adulta, es pasar por un camino lleno de obstáculos, que si bien algunos
los sitúa el adolescente los otros y en mi opinión personal son mucho más,
los ubicados por los padres y familiares
de las personas en esa etapa de definiciones.
Las doctoras Susana Pineda
Pérez y Miriam Aliño Santiago en el Manual de Clínicas para la atención … en la
adolescencia, dicen: “La adolescencia es una etapa entre la niñez y la edad
adulta, que cronológicamente se inicia por los cambios puberales y que se
caracteriza por las profundas transformaciones biológicas, psicológicas y
sociales, muchas de ellas generadoras de conflictos y contradicciones, pero
esencialmente positivos. No es solamente un período de adaptación a los cambios
corporales, sino una fase de grandes determinaciones hacia una mayor
independencia psicológica y social”
Si difícil es andar solo
ese tramo de la vida, más difícil se hace cargado de imposiciones,
principalmente de los padres del niño o la niña, en cambio si fluye el diálogo,
el consejo sano, la demostración con argumentos sólidos, donde la palabra, la
última palabra no solo la diga papá o mamá, el púber tiene más que derecho,
necesidad de expresar su criterio.
El adolescente quiere ser
independiente, no hay necesidad ninguna de frenarlo, esto no está en
contradicción con la orientación, son cuestiones bien distintas, ellos escogen
sus amistades, ya los padres escogieron las suyas, visten la moda de su tiempo,
no son las mismas de los progenitores.
En lo personal cometí
muchos errores en el periodo de la adolescencia de mis hijos, pensándolo
ahora y si tuviera que volverlo ha hacer
no emplearía los mismos métodos de hace de 15 ó 20 años atrás, mis hijos
adolescentes no estaban equivocados, el equivocado era yo. Ya no tengo tiempo
para rectificar, puede ser que tú si.
La adolescencia de los
hijos se debe vivir como una linda etapa de transformaciones, atraerlos hasta
uno en vez de distanciarlos, darle la mayor confianza, escuchar sus
detalles, sus criterios, sus puntos de vista. Tú hijo no es tú soldado ni tú
como padre o madre eres un general, a la familia no se puede dirigir como si
fuera un ejército.
Y si no haces esto, seguro
en ves de atraer al adolescente lo vas a distanciar, ellos esconderán sus
secretos, sus dudas, los amigos no gustosos para ti. En este período además de
ser padres se debe ser confidente, atraerlos, ser amigo de tu muchacho.
Los
padres no podemos separarnos de nuestros hijos, así es la vida en este periodo,
duro, lleno de tropiezos, pero se deben sortear lo mejor posible; a la
larga merece el sacrificio, a veces no se puede rodar por la autopista y debemos
caminar por el trillo para ir descubriendo mejor sus senderos
La equivocación de un adolescente no es su
responsabilidad, es del adulto que esta encargado de encaminarlo, esa edad es
de la rebeldía, de encontrarse uno mismo pero hay que ayudarlos a encontrarse y
que no los encuentre otro que lo van a dañar, pero que el al fin y al cabo lo
escucha, ¿Por qué?, porque tu no lo hiciste.
Si andas
cargado de trabajo, de responsabilidades, recuerda, tú hija o tú hijo es un
adolescente y eres el responsable de él, no le grites, no lo maltrates, no te
indignes con sus errores, simplemente está buscando un camino, ¿Tú nunca te has
equivocado?, esto no quiere decir que la adolescencia sea una equivocación es
parte de la vida misma.
Desconozco
si mi excelente alumno el Doctor en Psicología Joaquín Felipe Marques leerá mis
pobres letras y mi analfabetismo en el tema, sapa usted y todos mis alumnos que
transitaron por mis manos en el período de la adolescencia, deben sobrepasar
los cinco mil que me disculpo como docente por no haberlo hecho mejor, a pesar
de ser todos hombres y mujeres de bien,
de estas experiencias es mi escrito, mi consejo.
Viva con
sus hijos la maravilla de la adolescencia, es un tiempo irrepetible. Existe una frase, no se quien la dijo “La adolescencia es el momento para
vivir y experimentar la vida antes de la monotonía de la adultez”.
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