Manuel Roña: Curandero y
espiritista canario en Guayos
Por: José Ramón Crespo y Aramis
Fernández Valderas
El espiritismo llegó a Cuba casi desde el arribo de los
descubridores, pero se propagó más rápidamente después de la segunda mitad del
siglo diecinueve.
La doctrina espiritista tradicional que más se practicó en las
primeras etapas coloniales
es la kardeciana, basada en la teoría de Allan Kardec, conocida además como “Espiritismo de bóveda” por los vasos de agua que ponen a nombre de cada entidad que supuestamente acompañan a la persona, en el mismo, el creyente asume una postura de concentración y meditación para alcanzar la comunicación con los espíritus.
es la kardeciana, basada en la teoría de Allan Kardec, conocida además como “Espiritismo de bóveda” por los vasos de agua que ponen a nombre de cada entidad que supuestamente acompañan a la persona, en el mismo, el creyente asume una postura de concentración y meditación para alcanzar la comunicación con los espíritus.
Desde Arafo hasta
Guayos
Definida por unos como doctrina científica filosófica, por otros
como ciencia de observación, o simplemente creencias, aceptadas en parte de la
población, negada por otros, catalogada de fantasías, lo ciento es que existe y
se práctica el espiritismo, en el municipio de Cabaiguán, tuvo mucha fuerza
desde principios del siglo XX, constituyendo uno de sus representantes
principales, Manuel Marrero Flores, conocido por Manuel Roña, quien llegó a
Cuba procedente de Tenerife en las Islas Canarias.
“Aquel
día me detuve frente a la parroquia de “San Juan Degollado” allá en el pueblo
de Arafo, Tenerife donde nací el 28 de febrero de 1862, -contaba a su familia
Roña- vacilé si entraba o no. Quería tener una última imagen del recinto
religioso y rogar por mi bienestar antes de emprender la emigración, era mi
mundo al que le daría mi espalda, aquel
donde tantas veces al anochecer, mamá asaba en un brasero la piña rojiza y la
polvoreaba con sal, mientras alguien se complacía en contar un cuento de
brujas”.
El isleño
Manuel Marrero, embarcó en el vapor “Doña Teresa”, con un pasaje por valor de
doce duros, tardó14 días en el viaje, casi no dormía y no porque le faltara
morronguera, sino por el vaivén de las olas y las reyertas entre los pasajeros,
tocó tierra por Caibarien.
“¡Que iba
a pensar yo entonces que mi esqueleto se corrompería en esta tierra y que jamás volvería a la que me vio nacer!”,
contaba, El Almanaque señalaba, martes 13 de septiembre, número de malos
augurios.
En Cuba,
Manuel Perdió su apellido, el apodo de su padre señalizó a la familia para toda
la vida, Paco Roña, no solo era conocido por las trompadas que pegaba, también
era famoso por la forma en que educó a sus hijos en el trabajo.
A Manuel,
como era el primero de los varones, el viejo enseguida le colgó una chambrita y
a chasquear detrás de las cabras,
aprendió a caminar pastoreando
esos animales.
Al llegar
a Cuba el Pichón de los Roña se asentó en San Antonio de Las Vueltas, comenzaba así un largo periplo que culminó en
la Finca Trece
Palmas cercana al poblado de Guayos en el municipio de Cabaiguán, zona situada
en el centro de la isla.
Pero
antes deambuló por la Bija,
la Chincha y
otros sitios, siempre con la guataca rabicorta al hombro y los doce hijos de la
mano, que comenzaron a nacer cuando se casó el 30 de septiembre de 1889 con
Antonia la mujer de su vida.
Roña, el curandero
Los
descendientes no saben exactamente cuando
Manuel Roña se convirtió en espiritista, lo de curandero le venía de la
madre, ella recetaba remedios a base de plantas, en Tenerife.
Ni el
mismo lo sabía, cuentan en el poblado de Guayos, que tenía una gracia para
hacerle rezados a los animales que tenían bichos, pero en 1910 por el cometa
Halley, comenzaron a pasar personas por la casa a pedirle consejos, él con
mucho gusto se los daba.
Aquello
comenzó a correr como pólvora, en el campo le venían cosas a la cabeza, y
sentía voces extrañas, en el libro, listo para publicación en Las Islas
Canarias, del abogado e investigador guayense José Ramón Crespo, titulado,
“Manuel Roña, Curandero y espiritista canario”, expresa como muchas veces, Roña, estaba trabajando en el campo y me
venía una cosa a la cabeza, dicha por una voz extraña y pensaba que se estaba
volviendo loco.
Leovigildo
Carrazana testigo de las consultas de Manuel, dice: “Es verdad que ganó mucha
fama, por sus aciertos, también se inventaron
muchas cosas, hizo muchos milagros pero otros se exageraron, eso sí, nadie puede decir que Manuel Roña le
cobró un centavo por la consulta ni por
un remedio”
Los aciertos del espiritista
En guayos
han pasado los años, pero todavía se comenta de los aciertos de Manuel Roña.
Felix
Pérez Pérez: “Creo que Don Manuel Roña fue un psicólogo analfabeto, llegaban
con personas locas amarradas, compadre eso lo vi yo, llegaba donde estaba el
hombre y decía suéltenlo que va a estar tranquilo y se quedaban como una
palomita, me parece que era un hombre adelantado en el mundo, hacia pronósticos
y muchos se cumplían”.
José
Rodríguez: “El curó el cáncer a una mujer de Trinidad, a otro de rumbo de Placetas y en la Fragua a uno que se llamaba
Francisco Díaz, el curaba el cáncer de afuera”.
Tomás
Álvarez de los Ríos, el insigne escritor y periodista espirituano ya fallecido,
atestiguaba: “El médico le dijo a mi padre que yo venia atravesado y lo mas
seguro moriría, el viejo fue a casa de Manuel se lo contó pero, le dio media
vuelta al tabaco y le dijo acabo de consultar el problema, tu hijo viene de
pie, no se malogrará y dará mucho que hacer, Don Manuel fue un caso
extraordinario, aquí en la casa de los refranes y tipos populares tiene su
pequeño monumento “ Manuel Roña Tipo Popular. Curandero famoso”
Te vas a oír en España
Pedro
Andrés Nápoles, decano de la locución radial en Santi Spiritus, también
fallecido, conoció de cerca de Roña.
“El tenía
mucha amistad con mi padre, aparte de curandero tenia la gracia de predecir las
cosas, él le contó a papá que guardaba el dinero en una tienda, pero llamó los
hijos para que sacaran el dinero de ella, porque veía que la tienda se quemaba,
los hijos no le hicieron caso y se formó una tempestad, un rayo cayo en la
tienda y todo se perdió”
Nápoles
también apuntaba: “En otra oportunidad, una familia de la Habana vino a guayos a
pasar unos días a Guayos, a una muchacha
de la visita se le presentó el dolor , los padres se opusieron a que el la
viera, volvieron a la Habana, visitaron médicos
pero el dolor persistía y tuvieron que regresar al rincón de Guayos donde Roña
les quitó el dolor, le tiro un salivazo de mascada da tabaco en el vientre y se
lo frotó y se le quito el dolor.
El le
dijo a mi padre sobre mi, cuando no había radio, tu hijo va ha hablar aquí y se
va a oír en España y así fue”.
Los espiritistas se organizan
En 1918
se presentó la documentación para crear la sociedad espiritista en Guayos, se
llamaba Unión Fraternal de Guayos,
funcionó hasta 1968 y se disuelve por la poca asistencia de sus
miembros.
El Sabio cubano Fernándo Ortiz en su trabajo El engaño de las razas expresa sobre
el espiritismo "En
cada momento presente de la vida hay un paso de envejecimiento y de renovación
[...] Renovarse que es morir y renacer para tornar a fallecer y a revivir. Cada
instante vital es una creación, una recreación. Es una cópula del pasado, de
las potenciales supervivencias que el individuo trae encarnadas consigo, y del
presente, de las posibles circunstancias que el ambiente aporta; de cuya
contingente conjunción con la individualidad nace el porvenir, que es la
variación renovadora."
Espiritistas y Curandero, no
siempre coinciden.
Manuel,
era considerado como un médium vidente, es decir con facultades que tenía para ver los espíritus y describirlos
detalladamente
El curandero es un termino muy utilizado en America Latina. Es la figura moderna del chaman, o del yerbero. Un personaje al que la gente recurre para sanarse físicamente, o para quitarse el llamado mal de ojo, o trabajo de brujo: magia negra.
Generalmente el curandero utiliza hierbas y pócimas,
siendo muy diferente de la figura del espiritista. Este último, se considera
solamente preparado para sanar el
cuerpo físico.
Se considera que muy difícilmente una persona puede ser
las dos cosas: ser, por ejemplo, al mismo tiempo, buen espiritista, y buen
curandero, pero, a veces pasa.
Roña presiente la
muerte.
En el año
1944 Roña, se sentía cansado, parece que había usado mucho la mente en sus
actividades como curandero y espiritista, además tenía ochenta años, entonces
comenzó a comprender que el hombre es como un muchacho, cuando llega a viejo,
no te vales por ti mismo, la muerte andaba cerca, el la presentía pero no le
temía.
Don
Manuel empezó a tener problemas en la mente, estaba muy enfermo, falleció
acompañado por una de sus hijas en la calle San Telmo, número 7, Sanctis
Spiritus el 3 de febrero de 1946.
Muchas gracias por la publicación, mi padre siempre hace anécdotas de su abuelito Roña, sobre todo de sus bondades y aciertos.
ResponderEliminarDesde nino escuché admirado las historias de mi padre sobre mi bisabuelo y todo se ajusta a la verdad e incluso existen otras profecías del conocimiento de la familia que se están cumpliendo a cabalidad.
ResponderEliminarSoy biznieta del abuelo Rona, yo no lo conoci pues falleció dos años después de mi nacimiento pero se que fue un hombre extraordinario sus profesias en verdad se estan cumpliendo. Mi padre fue un nieto muy querido y el me contaba historias que aun las tengo presentes. Gracias por el articulo. Mi nombre es Idolodia Yumart
ResponderEliminarSoil bisnieto Ernesto rodriguz marrero
ResponderEliminarSiempre desde niña mi abuelo me contaba historias de su abuelo Roña. Fue un hombre muy adelantado a su tiempo mi tatarabuelo Roña
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