Por: Aramis Fernández Valderas
“En 1901, luego de finalizada la dominación española en Cuba, los
habitantes de Cabaiguán y las autoridades, decidieron destruir el
sistema fortificado del Destacamento Militar colonialista que desde la Guerra de los Diez Años
existía en el centro del poblado, utilizando, durante años posteriores,
sus materiales, ladrillos, madera, y otros similares, en beneficio de
los hogares de la comunidad”.
Así explica el historiador y escritor Mario Luís López Isla el
nacimiento del actual parque infantil “Serafín Sánchez”, que esta
ubicado en el mismo centro de la ciudad de Cabaiguán.
López Isla agrega que “En su Plaza de Armas se propuso
construir el primer parque público que tendría el pueblo, pero no fue
hasta 1913 que el ayuntamiento de Sancti Spíritus concedió el permiso
necesario para que los cabaiguanenses lo construyeran por sus propios medios, lo que a pesar de todo hicieron modesta, pero animosamente, bautizándolo con el nombre de Serafín Sánchez, en honor al héroe independentista”
El propio desarrollo del poblado, gracias al flujo de inmigrantes
canarios que recibía en aquella época, hace que progresen las
construcciones de viviendas y negocios particulares, lo cual trae
aparejado el incremento de la densidad poblacional, pero el antiguo
fuerte colonial seguía en ruinas.
“Tomando en consideración precisamente, el mal estado en que se encontraba el Parque Serafín Sánchez”, enfatiza el historiador, “El estrenado alcalde Delfín González Espinosa, para matar dos pájaros de un tiro y escuchando una iniciativa del Club de Leones,
decidió transformarlo, en 1948, en un moderno y bello parque infantil,
feliz idea que al parecer complacería a todos los vecinos”
El 6 de enero de 1949 -Día de los Reyes Magos-, luego de
amplias labores de remozamiento y con una gran fiesta, quedó inaugurado
el vivificado lugar que, poco a poco, fue pasando a formar parte de la
identidad cabaiguanense, llevando a muchos a pronunciar, casi
automáticamente la frase: … Eso queda por el Parquecito Infantil.
En el año 2003, el esfuerzo coordinado de varias empresas del
municipio hizo posible que el parque luciera las mejores galas
incrementándose los aparatos, la protección del mismo y hasta se incluyó
la presencia de las artes plásticas del municipio en el diseño.
En la actualidad, no todo es color de rosas, porque la estrella,
funciona a veces, la mona, es un dolor de cabezas para los trabajadores
del centro y la población no presta el cuidado que debe a esta
instalación, que además de recreativa, cuenta la historia de un pueblo.
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