Por: Sutaina Sotomayor * y José Luís Rguez
La zona de Tres Palmas cuenta con el área cársica más conservada y de
mayor importancia espeleológica del territorio de Cabaiguán: La Sierra
de las Damas, declarada Sitio Natural, Monumento Local.
En ella se conserva una exuberante, rica y variada vegetación que
alberga importantes ejemplares de la fauna endémica como el lagarto,
el chipojo ceniciento y anolis de palitos que son los más
representativos del lugar y en el caso del primero se encuentra en grave
peligro de extinción. Dentro de los ofidios; la culebrita de cuatro
patas y la ciega que son especimenes de gran interés, también son
comunes otras especies de ofidios como el majá de Santa María, aves como
la Carta Cuba, el Zunzún, el Arriero, la Lechuza, la Siguapa y el Sijú
Cotunto entre otros, que hacen de esta zona cársica un lugar con alto
grado de endemismo.
En más de 25 cuevas es apreciable una variada fauna hipogea, con
especimenes de insectos, que se clasifican por vez primera para la fauna
cubana. En ellas habitan 7 especies de murciélagos que se distribuyen
espacialmente en diferentes zonas.
Además de lo anterior se destacan las bellezas naturales, las
corrientes de aguas del río Zaza, los farallones blancos de caliza a
ambos lados del río, así como las bocas de las cuevas que se abren a la
corriente y hacen de este lugar un bello y acogedor espacio para el más
exigente humano y capaz de inspirar a escritores, músicos y artistas
plásticos o llevar al más simple amante de la naturaleza por los
senderos que invitan al excursionista de cueva en cueva o a los más
osados investigadores a través del tupido matorral que la cubre hasta el
relajante y fresco río que lo atraviesa.
A todo lo anterior se añade que restos de vertebrados e invertebrados
han sido identificados en algunas cuevas de la sierra y en una extensa
franja paleontológica hacia la porción occidental de la localidad restos
fósiles que de manera precisa explican la evolución geológica de la
zona, destacándose llamativos conos de rocas de variadas dimensiones
pertenecientes al grupo de moluscos heterodantes, por estar provistos de
dientes, llamados rudistas, moluscos bivalvos, muy semejantes a las
ostras actuales que surgieron a mediados del cretácico inferior y dejan
de existir a causa de algún cambio climático brusco a finales de este
período.
Tres Palmas se considera una de las más ricas y prometedoras del
municipio de Cabaiguán en cuanto a evidencias aborígenes; atravesado su
territorio por el río Zaza una de las principales vías fluviales de
penetración y poblamiento, posee más de 10 localidades con evidencias
sustanciales donde se ha recogido un valioso material arqueológico de
las culturas: protoarcaicas, mesolíticas y neolíticas incipientes, áreas
susceptibles a desaparecer por las graves alteraciones antrópicas a las
que han sido sometidas.
Las pesquisas han permitido colectar una punta de lanza
cronológicamente vinculada al período de la conquista, así como
elementos muy importantes de transculturación en lo referente al vidrio
tallado en artefactos de este material trabajados con las mismas
tecnologías aplicadas por el aborigen en la talla del sílex, hecho que
lo convierte en un sitio de relevancia nacional.
También el lugar enmarca un suceso de trascendencia histórica, donde
se produce un violento combate entre las tropas mambisas encabezadas por
el Mayor General Serafín Sánchez Valdivia y numerosos efectivos del
Ejército Español que agrupaban a cerca de 2600 hombres de las tres
armas. En este desigual combate, Cuba pierde a uno de sus más valiosos
soldados de las guerras de independencia. A 1500 metros del lugar donde
cayera mortalmente herido, un sobrio monumento perpetúa su memoria.
En investigaciones realizadas fue colectado en una cueva. materiales
pertenecientes a miembros del Ejército Libertador, lo que corrobora que
la misma sirvió de refugio temporal a los mambises en la campaña
independentista. La cueva fue bautizada con el nombre del El Mambí.
En 1983, después de continuas y agotadoras jornadas de exploración
espeleológica, se localiza la cueva del Hombre Rojo, personaje que hasta
el momento era considerado como una leyenda para los campesinos,
descubriéndose un valioso material, que al ser estudiado, reafirma su
pertenencia y coincidía con las entrevistas a personas que se
relacionaron u oyeron hablar de él, concluyendo que a finales de los
años 20 y comienzos de la década del 30, Teodoro Álvarez San Gil (El
Hombre Rojo), fue un emigrante de Villa de Mazo, Islas Canarias, que se
estableció en la Sierra, empleando las cuevas como refugio. En la
actualidad el escritor cabaiguanense, Mario Luis López Isla tiene
publicado un libro sobre “La Leyenda del Hombre Rojo”.
Actualmente, muy cerca de toda esta interesante historia se encuentra la Escuela de Instructores de Arte.
*Fallecida recientemente
Es un lugar precioso, muy buena su publicación. Y por qué no aparece ni una sola foto de La Sierra. Están hablando de La Sierra y ponen una foto de la escuela. ???
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