Por: Aramis Fernández Valderas
Una imagen dice más que mil palabras, resulta paradójico que una
audiencia sanitaria realizada en una de las zonas de los Comités de
Defensa de la Revolución (CDR) de Cabaiguán, tenga como primer plano
estos charcos de agua, producto de los salideros del acueducto, en
extremo abundantes en toda la ciudad.
En encuentro poco nutrido, solo
asistieron 43 ciudadanos,
de más de 300 habitantes del área, iniciado
con una muestra teatral con niños,
cuya trama era la erradicación del
mosquito para evitar la transmisión del zica y otras enfermedades, fue
poco ejemplarizante en el nefasto escenario, donde se barrió portal
adentro y no se tuvo en cuenta el frente, a pesar de la insistencia de
los vecinos con crudas críticas a la problemática medio ambiental vista a
las claras, pidiendo al menos cubrir esos desniveles de la vía con
rocoso o base pétrea.
El diálogo rondo acerca de la necesidad de mantener limpios los
patios, eliminar el agua en los vasos espirituales, dar vía libre a los
fumigadores y realizar trabajos voluntarios en la zona de la línea por
la cantidad de basura acompañante de los rieles, cuestiones estas claras
e imprescindibles.
Pero en la audiencia sanitaria, no estaba presente ningún directivo
de Servicios Comunales ni del Sistema de Acueducto, tampoco de la
Dirección de Inspección. Los primeros ineficientes en los ciclos de
recogida de la basura, a los segundos se les va más agua a la calle que
la que entra a los hogares y los terceros no acaban de poner la tuerca
al tornillo para imponer disciplina.
Los vecinos reunidos, hablaron de refugios cargados de basura con
moradores indeseables como mosquitos, cucarachas y ratones, agregaron
los solares yermos donde crece hasta el marabú, como el existente en la
calle Noel Sancho entre Sergio Espinosa y Manolo González, colindante
con uno de los charcos más grandes frente a la tienda “La Cubana”
No es tiempo de palabrerías, consignas y discursos, es tiempo de
prevenir y poner todos los puntos en las íes, se debe armar la ratonera,
poner el mosquitero y tapar cuanto hueco exista. El peligro es
eminente, no se ha declarado en el país ningún caso de zica, pero si de
muchas focalidades del Aedes.
Charcos de agua, negligencia, mosquitos, poca percepción de riesgo en
la población y las enfermedades en muchos países aledaños, ¿Qué mas
hace falta para ponerse las pilas en Cabaiguán como ya lo hacen en
Trinidad y Sancti Spiritus?, con esto no quiero decir que el ministerio
de salud este cruzado de brazos, pero se deben multiplicar esos brazos,
se necesitan muchos, (Todas las empresas, todos los ciudadanos) pero
también es imprescindible la inteligencia, desaparecer la mala imágen y
saber guerrear ante los enemigos voladores, dispuestos ya no solo a
chupar la sangre, sino también dejar una huella dolorosa en nuestra
población.
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