Tradición del magisterio en cabaiguán



Amable Reina

Magisterio, solo hace el maestro capaz de ponerse en la piel de los alumnos, de ser su ejemplo y dejar en cada uno de ellos un pedazo de sí para multiplicar el saber y hacer del hombre un ser pensante, transformador y virtuoso.

En Cabaiguán, la tradición del magisterio está tan arraigada como la vega de tabaco al surco, aún quedan las historias y enseñanzas del maestro Pascual, de Metaute, Victoria Martinó, Adelita Martín, Mery Borges y Luisa Leiva.

Juana Mora directora de Tomás Pérez Castro, hace muchos años, todavía es recordada por quienes fueron sus alumnos, sucede lo mismo con Gisela Garcia, Juan Pujol,Teresita, Maria
Isabel Picaso , Mercedes la Curra, el maestro Oscar y Amable Reina.


Amable, late aún y lo hará siempre en quienes tuvieron la suerte de sentirla cerca, serena, exigente, su vida personal fue la escuela, los estudiantes sus amores, el ejemplo la virtud de trascender y constituir para siempre el símbolo educativo del territorio.

Aún están en el aula Pedro Aurelio, el maestro Pepe, las maestras Coro y Alicia Pino, dicen que se jubilaron, pero, toque a sus puertas, los libros están abiertos y el corazón presto para aclarar las dudas.

En esta que sería una lista inmensa e imposible de redactar, no quiero pasar por alto a Jorge Luís Ferrer “El histórico”, Elsa García Alejo la doctora de Guayos, Mirtha Estupiñán, aún en activo, el profesor  Gregorio, Oneida Figueroa y su esposo José Ramón, todos estos  en la enseñanza preuniversitaria.

Ahora nuevas manos hacen trazos con las tizas en el pizarrón, puede que se les olvide el plan de clases, que no regañen como debe ser, pero será y llegará el tiempo en que sus nombres resplandezcan también en esta inmensa tradición del magisterio en Cabaiguán para seguir engrandeciendo los horizontes de mi pueblo.

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