La presencia del
cultivo del tabaco cobra auge en
Cabaiguán con la presencia de la emigración canaria casi desde los primeros
años del Siglo XX. Algunos investigadores aseguran que desde el siglo anterior se producía esta planta y que las tierras del
territorio eran propicias para su buen desarrollo.
Durante los
primeros años de la década de 1920 el valor de un acre se
comportaba ……, mientras de su valor ascendió a …..acres lo que reafirma el criterio de que ciertamente las manos isleñas impulsaron notablemente este cultivo, incluso muchos isleños organizaban las labores de engavillamiento, despale y preparación de la cosecha.
comportaba ……, mientras de su valor ascendió a …..acres lo que reafirma el criterio de que ciertamente las manos isleñas impulsaron notablemente este cultivo, incluso muchos isleños organizaban las labores de engavillamiento, despale y preparación de la cosecha.
A finales de la década de 1940 el municipio
contaba con unas 700 fincas urbanas y 707 fincas rústicas. La fuente
fundamental de riquezas era la agricultura, actividad a la cual se dedicaba el
60 por ciento de la población, especialmente la tabacalera. En sus fértiles
tierras se producía un tabaco de altísima calidad, el segundo mejor del mundo,
muy codiciado en el mercado internacional, por lo que el cultivo y fabricación
del mismo, constituyó el renglón económico principal del territorio.
En la llamada
temporada tabacalera funcionaban en Cabaiguán un gran número de escogidas de
tabaco en ramas tanto en el pueblo como en los campos, las cuales constituían
la fuente de empleo fundamental para los obreros que laboraban en esta
industria.
Un sector de
importancia económica para el territorio fue la industria del torcido. A inicio
de la década del cincuenta existían en Cabaiguán prestigiosas marcas de tabaco,
que habían ganado fama en Cuba y el extranjero. Dentro de ellas se destacaban Bauzá y Galileo las que llevaron a convertirse, incluso, en exportadores de
puros cabaiguanenses. Además se destacaban El
Surco y Leonar. A estas fábricas se
unían otro número considerable de talleres que en su mayoría eran chinchales de
carácter familiar. En estos talleres se producían marcas como Veloso, Tobrí, O. Reyes, Pirámide, Orufer, Tulio, Sépale, Telope, Legua, Violín, El 90, Teresa, Manaquitas, J. Montoya, Moncada, El Guanche, El Rifle, etc.
Hoy en el
territorio se mantienen dos fábricas de tabacos, la Alfredo López Brito en la
cabecera municipal y la José González Treche, en el poblado de Guayos.
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