“Cuando inicié
a trabajar en el curso de superación para jóvenes, me pareció una locura”. Así
me contó una profesora que después de transitar por varios centros
preuniversitarios, comenzó a impartir docencia a los estudiantes de este tipo
de proyecto.
“Creí,
enfatizaba, que el que no tuvo interés, nunca lo iba a tener, pero he
comprendido que la mayoría de los que ocupan pupitres quieren cambiar de raíz”.
Dejar
atrás, años de errores, es bien costoso, de la noche a la
mañana no se cambia,
primero es de mayor peso tener voluntad de acero para el tránsito, después
recuperar la confianza en la persona, ahí empieza el combate.
Pero
conocedores esos muchachos de la nueva oportunidad, son más quienes le sacan
partido que los que pierden el segundo raund, hablando en términos boxístico.
La
profesora con quien conversé, me presentó algunos, mira me decía este no
me dejaba dar clases, pero lo senté
conversé con él le abrí los ojos y es uno de los mejores
“Un nuevo
chance cambia muchas vidas, y habrá otros, porque este combate, se gana en las
aulas”, me confirmaba.
Claro, que
se gana en las aulas, pero no se pueden acostumbrar a nuevos y nuevos chances,
los jóvenes de los cursos de superación, demostraron que se puede hacer borrón
y cuenta nueva, muchos hoy son profesionales en especialidades, médicas, de
ingeniería, docentes, licenciados en humanidades.
Ellos cambiaron
la página en el libro de la vida, no hay
mayor éxito en la vida que decir adiós a los errores, decir hasta aquí llegó el
problema y de aquí en lo adelante abriré nuevos horizontes.
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