El matrimonio de "la Gloria"

José Rojas y Josefina González, son de esas personas que se juraron amor hasta después de muertos. Hace 60 años contrajeron matrimonio en la finca “La Gloria”, cuyas tierras pertenecen en la actualidad a la Cooperativa de Producción Agropecuaria Juan González, pero diez años antes sus corazones se habían entregado en un largo y precioso noviazgo como la usanza de aquellos tiempos. A los enamorados, poco les importaban las calamidades que de aquel período en el que José fungía como jornalero y Josefina de criada en la vivienda de personas con cierto poder económico, tampoco se incomodaban con la mirada perenne de la suegra, la cual se sentaba sobre el durmiente de la cocina, a fabricar escobas de racimos de palmiche, una vez que el fruto era consumido por los cerdos. Ambos recuerdan ahora pasados los noventa años de vida, como el papá de Fina, arreglaba periódicamente los viejos sillones de tanto mecerse de un lado a otro y estirarse sobre ellos para al menos tomarse las manos. “La vida ha sido linda junto a José”, comenta su nonagenaria esposa, “Tenemos ocho hijos, ellos unieron más la pareja, después vinieron los nietos, bisnietos y tataranietos, fíjese si nuestro amor ha dado frutos” “¿Quién dice que estar enamorados es cosa de jóvenes?, agrega José, “Si todavía lo estamos y estaremos estando hasta después de muertos y para eso faltan muchos años”, palabras que afirma Josefina con la cabeza y sus ojos puestos sobre los del esposo. Este matrimonio uno de los más longevos de “La Gloria”, es admirado por los cooperativistas del lugar, por la forma de comunicación de ellos, la buena educación de la prole y la manera en que celebran cada 14 de febrero, fecha indispensable para todos los enamorados.

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