Los apodos en Cabaiguán*
En Cabaiguán lo apodos son tan antiguos como la existencia misma de la primera división de tierras realizada por los conquistadores españoles. La mercedación del hato del mismo nombre ocurre en 1589 y se realiza a favor de Bartolomé Jiménez, el Viejo.
Sin embargo, la constancia gráfica de los mismos es relativamente reciente. A comienzos de la década del ochenta del pasado siglo, un grupo de personalidades locales, entre ellos los poetas Eudosio Barrera; Eréstamo Fajardín Valdivia, El Cantor de las Bellezas; la artesana María Luisa Estupiñán; entre otros y como parte del rubro de Literatura de Tradición Oral, recopilaron los apodos (108 en total), y también trabalenguas, décimas y cuentos.
Al evaluar estos apodos, se nota que hay una marcada intención picaresca: Vilo Cabeza de Clavo (en la foto), Guayabo, Mulengo, Chinchila, Peto, Mongo, Pepe la Chiva y Tabaquito. Los hubo de todos los géneros: Guanajo, Guanajo Espiao, Gallo, Pollo, Perra Chula, Cangrejo, Ternera, Grillo, Mataperro, etc. Abundan los iniciados con c: Cabeza de Calabaza, Cabeza de Pito, Cabezón, Cacha, Cara de Caballo, Cara Linda, Cara Vieja, Cojo, y Cosita.
En relación con este cuestionario, hay uno muy interesante que se refiere al canario José Viera, llamado Pepe Cacho, uno de los personajes más famosos de la zona de El Troncón. Se dedicaba a tocar fotutos a cuanta mujer se le corría al marido, así los hombres se enteraban de la infidelidad de las esposas por el recital que recibían de él. Su fotuto, además de infidelidades matrimoniales, anunciaba al veguerío fiestas y mortuorios.
En su artículo “Cacho, el Fotutero”, Jesús Fernández Cruz, escribe:
…No hace tanto la mujer de uno de los Pentones, se corrió con Isidro, el Montero –el cuento lo narra el negro Severo–, y había que oír de verdad el fotuto de Cacho, muchos han querido imitarlo, pero ¡qué va!, allá no llegan. Si mucho ha corrido huyéndole al plan de machete por ese trajín del tocaíto, muchas más botellas de ron y arroz con pollo ha disfrutado a costa de su enorme y rosado cobo, al que cuida más que una trompeta de conciertos.
No hay viuda que se fugue o se case, no hay divorciada y divorciado que se junten, ni infidelidad que escape al “recital” de Cacho, el Fotutero.
De muchacho me quedaba embelesado y boquiabierto viendo y oyendo como sonaba el instrumento. Cuando la casa de Pancha se quemaba, vi sonar a Cacho su fotuto y enseguida estaban todos los campesinos de la zona fajados por apagar el fuego y salvarle algo de la pobre vieja.
Ya no tanto, pero hace unos años atrás, el fotuto lo mismo armaba una fiesta que una bronca, o llamaba a los demás para ayudar en alguna desgracia. Es verdad que es bonita una buena “jalá de fotuto” a medianoche hasta que amanece.
A mucho de los que le tocan, les da por halar por el machete y repartir buenos planazos, pero a otros les da motivos para armar un buen guateque. A uno de estos que no le cayó en gracia la fotutera, hizo correr toda la noche a Cacho manigua adentro, pero lo que logró con esto fue que le tocaran tres noches seguidas, más de diez fotuteros a la vez. Por poco tiene que mudarse de la zona.
Jesús Fernández Cruz ha escrito numerosos artículos y ensayos sobre temas canarios; y entre los personajes que menciona se encuentran: Tato; Gualo; José, la Guanaja; Siete Platos; Julio Pezuña; Antonio Mentira; Vilo; Beltrán; entre otros.
Sin embargo, en estos trabajos no aparece recogido El Cantor de los Pueblos, el músico más importante, reconocido en escenarios nacionales e internacionales, el compositor de más de mil canciones: Arturo Alonso Díaz. Aunque nació el 9 de mayo de 1922 en Ciego de Ávila, es cabaiguanense de adopción. Sus padres eran extranjeros: Ramón Alonso Meleiro, natural de Galicia, del pueblo de Padrenda en Pontevedra, próximo a la frontera con Portugal y su madre Olivia de Jesús Díaz, de Melgaço do Miño, en San Gregorio, Portugal.
Arturo ha compuesto más de 1 300 canciones y alrededor de 70 han sido popularizadas por las mejores orquestas de Cuba: La Aragón, Riverside, Los Latinos; y cantantes como Neno González, Roberto Sánchez y Barbarito Diez, La Voz de Oro de Cuba.
Entre las composiciones más famosas, además de Un Canto a Cabaiguán se encuentran: Cumple tu misión, Consejo de hermano, Sancti Spíritus, El cha cha cha del tabaquero, Voy a hablar con tu papá, Su Majestad el Danzón.
Las canciones dedicadas a Cabaiguán, Ciego de Ávila, Camagüey y Sancti Spíritus, le ganaron el título de El Cantor de los Pueblos. Reproducimos la letra de la canción dedicada a su pueblo:
Pedazo de mi Cuba,
mi Cabaiguán querido,
mi lindo Cabaiguán.
Pedacito de cielo
te sueño, te venero
mi lindo Cabaiguán.
Deja que yo te cante
recordando el pasado,
te cante una canción
como una serenata
con tu luna de plata.
Deja que yo te cante
un canto, Cabaiguán.
Tus calles que me vieron
en tus noches tranquilas
cantando una canción,
cantando a la que quiero,
a la que nunca puedo
borrar del corazón.
Pero, salvo raras ocasiones, como en la que Jesús Fernández Cruz se refiere a Pepe Cacho; y tres trabajos realizados por Mario Luis López Isla, uno sobre Cuquillo, el poeta de Villa de Mazo, La Palma; otro, sobre El hombre rojo o Cañambrú, un bandolero también de Mazo; y el último sobre Vilo, personaje popular descendiente de canarios, no se ha encontrado bibliografía específica que aborde este tema.
*(Tomado del libro Apodos canarios de los autores Rey Fernández Corrales y Marlene E. García)
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