La solidaridad, no es solo asunto de humanos
Pepín, deambulaba por los portales del Hotel Sevilla y sus alrededores, hurgaba entre los tanques de basura en busca de restos alimenticios para saciar el hambre; quienes tropezaban con él solo atinaban a decir-“pobrecito”.
Poco más de un mes duró el martirio de Pepín, al fin llegó la mano salvadora, Panchita, se dio cuenta de la situación, lo dejó penetrar en su casa y comenzó a compartir los alimentos y el techo con el desafortunado.
Hasta el momento existe una perfecta armonía, entre Panchita y Pepín, independientemente de las diferencias de las costumbres, hábitos alimenticios y relaciones sociales.
Hacía tiempo la solidaria Panchita no se sentía tan feliz, después del fallecimiento de su esposo Panchito, a causa de la ingestión de yuca cruda, la tristeza se había adueñado de su corazón, Pepín, es como un soplo de felicidad para seguir divirtiendo a los pequeños que visitan el parque infantil de Cabaiguán.
La solidaridad, no es solo propia de los seres humanos, en el reino animal también es posible como ha sucedido con la adopción del perrito Pepín por la mona Panchita
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario