Elpidio López Acosta; memoria viva de las tradiciones campesinas

Por: Aramis Fernández Valderas y  Daisy Martín Ciriano (Museóloga)
Muchos cabaiguanenses conocen y aún practican diferentes tradiciones para realizar los cultivos de plantaciones en sus sitierías. Aún en el territorio perviven ancianos, que como
Elpidio, aprendieron desde muy pequeño su aplicación y que guardan en su memoria disímiles costumbres que mucho vale rescatar y saber.

Al escuchar sus vivencias se puede
apreciar su gran arraigo campesino. Es oportuno conocer
que este anciano, de niño, no pudo asistir a la escuela, sin embargo con solo 11 años sabía calcular áreas de terrenos y trabajar la tierra. Elpidio nació en el año 1928 y con muy pocos años se trasladó hasta Cabaiguán para casa de un tío que vivía en la comunidad rural de Mazamorra. Allí se vinculó con las costumbres agrarias de las sitierías y se interesó por conocer el nombre de plantas y árboles con propiedades curativas, así como las estaciones en que los cultivos se desarrollaban con mayor calidad. Hoy reside en la ciudad, pero su conocimiento siempre ha estado disponible para ofrecer el bienestar y la mejoría ante cualquier enfermo necesitado o un buen consejo acerca de las plantaciones a sembrar.

Con frecuencia en sus temas se desbordan los recuerdos, entre ellos de cuan beneficiosa es la yamagua para evitar el sangramiento en los animales castrados, insiste en que el traslado de los enjambres de hormigas para proteger los boniatos del Tetuán se realizan envueltos en bejuco y con un polvoreo de azúcar para que se asienten, sabe explicar las etapas de corte de la madera para que no las perforen los insectos, explica como en menguante se castran los bueyes para que emparejen el color con su compañero o si por el contrario hay que aumentar el tono del animal la operación debe hacerse en cuarto creciente. Sabe explicar que el desmoche de los árboles que ofrecen sus flores a las colonias de abejas, como es el caso del matarratón y que sus flores desde los finales de año y hasta marzo ofrecen una exquisita miel.

Sobre el sembrado de los cultivos puede estar horas enteras hablando ya que su sabiduría contada de una manera sencilla, recuerda la nobleza y honestidad del campesino cubano. Su voz se torna fuerte cuando narra cómo se tienen en cuenta los cambios de luna para los cultivos y asegura que aún en el territorio existe la tradición de sembrar muchas producciones en menguante como por ejemplo: el tabaco en los meses de noviembre y diciembre, la yuca de noviembre a mayo.

Al florecer el dagame; el boniato, en todos los tiempos y el plátano, durante la primavera de marzo a septiembre. Muchos otros secretos devela este anciano cuando encuentra que algún vecino se interesa por el tema y aunque la luz del sol se pierda su conversación no decae, sino que disfruta cada vez que rescata desde su memoria una nueva tradición.

Asegura Elpidio que en todos los tiempos el mejor mes de siembra para el maíz es el mes de abril, porque si lo dejan para mayo, se da el viejo refrán que dice “Maíz de mayo, maloja para tu caballo”.

Así entre novedosos temas, recuerdos casi perdidos y algún que otro refrán, se rescata el patrimonio intangible en Cabaiguán.

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