Castillos de arena temen a septiembre



Por Aramis Fernández Valderas

Los castillos de arena serán temas de los cuentos infantiles en las aulas cuando abra la puerta septiembre, la insolación de la mamá tratando de cuidar el niño en la playa será el chiste en los centros laborales, lo bueno y lo malo del verano entrará en las mesas de torcer tabaco, las bibliotecas de centros estudiantiles y los pasillos de los hospitales.



Se va el verano como el jabón de las manos, sin poderlo contener, dos meses
en un abrir y
cerrar de ojos dijeron adiós, ahora bajará el consumo eléctrico en el hogar y los refrigeradores verán descansar sus puertas de tanto abre y cierra.



Las calles estarán menos pobladas, la música bajará su intensidad, hasta el agua del maltrecho acueducto durará más en los hogares, las visitas de familiares se terminan, regresa la paz a la casa.



Los bolsillos como siempre quedarán limpios de dinero, ese que también se va como el jabón entre las manos y cuando es verano mucho más rápido, abra que irle arriba a la alcancía, buscar sobre los escaparates o caparle el cerdito al nené para buscar eso que se llama pan.



Todo vuelve a comenzar, para el verano que viene, desde ahora ya se hacen planes, unos se cumplen, otros quedaran en el cesto de la basura como los vasitos desechables o los castillos de arena, de todas maneras planificar a tiempo no es ningún desatino.



Es la costumbre, será  largo el trecho, septiembre vuelve a tocar la puerta viene cargado de libros, lápices y uniformes, pronto el arco iris de  colores y el jolgorio infantil y juvenil se adentrarán en los horizontes de mi pueblo

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