Por: Aramis Fernández Valderas
La palabras constituyen
códigos para la comunicación en la sociedad, mucho se especula sobre el
vocabulario marginal de los aseres y los consortes sin embargo no es el único inteligible
a cualquier otra persona presente en la conversación y que no pertenezca a esos
grupos sociales.
En las reuniones de
administrativos
o representantes de organizaciones e incluso en las sindicales de tu centro de trabajo se manejan vocablos incorrectos.
o representantes de organizaciones e incluso en las sindicales de tu centro de trabajo se manejan vocablos incorrectos.
Ahora para referirse al
seguimiento a dar a determinada situación se dice hay que “tocarla con la
mano” y le pregunto ¿Cuántas cosas usted toca con la mano y se les resbalan
de ellas?
El dirigente, el
administrador, ya casi nadie lo conoce como tal; ellos son “cuadros”, y
sí, se puede decir cuadros, forma parte del léxico, pero me parece que cuando
denomino a una persona así lo pego en la pared colgado de un clavo, estático, frío, como algo
pintado en el muro de su casa.
“Estamos Tarjeteando el
asunto”, inteligente frase para salvar la vida en un plenario, se expone
cuando el individuo, debía cumplir con un cometido y aún este está sin
solucionar, cuando usted escuche, estamos tarjeteando el asunto, puede dar la
espalda e irse, con respecto a el nada se ha hecho.
“Eso va caminando”,
el invento significa, la lógica ejecución de un inmueble o evasiva respuesta
por no tener argumentos suficientes sobre la misma.
Existen muchas otras
palabras o frases en el argot de los ejecutivos, las cuales resultan tan raras
o incomprensibles como las del lenguaje marginal y eso puede ocurrir en
cualquier parte del país, pero a las que me refiero las escucho en Cabaiguán a
diario y me cuestiono, ¿Para que pasan tanto trabajo los de la real academia
otorgando los significados acertados si
por otra parte las personas hacen
tiritas de los diccionarios?
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