El Cepillo Negro de Cabaiguán
Por: Aramis Fernández y Daisy martín Ciriano (Museóloga)
Recordar, es volver a vivir y también hacer que los que ya no están, no queden en el olvido.
Por las calles de Cabaiguán siempre han transitado los carretones cargados unas veces de viandas, enseres domésticos o de productos del agro y también los coches cargados de pasajeros. Dos medios de transportación tirados por caballos.
Cuando hablamos de carretoneros célebres o más recordados, nos llega a la memoria un personaje que trasciende en el recuerdo hasta nuestros días por su carismática personalidad.
Tal vez si mencionamos el nombre de Roberto Morel Morel en este pueblo, nadie sepa a quien nos referimos, pero si se nombra al Cepillo Negro, le reconocen y le vinculan con su carretón y su mula Caruca.
Antes de que Cepillo tuviera un carretón trabajó como empleado del calzado en el taller de Reparaciones de la ciudad, fue auxiliar de bomberos y cederista destacado.
Hay tantas anécdotas del tránsito de Cepillo con su carretón prestando servicios, unas veces gratis, otros pagados, pero siempre orientando con voz baja y desde el volante a la vieja mula, que parecía entenderlo.
-Caruca; pa la derecha que viene un tractor; Caruca; aguante en el ferrocarril y mira pa los lados que nos hace tortilla el tren; Caruca; hoy no nos toca el baño.
Los chicos del pueblo le gritaban, ¡Cepillo!, tranquilamente los miraba e interiormente agradecía que le llamaran. Con dificultad se leía la identificación de su carretón: “Cepillo, el Complaciente” tal parece que el letrero tenía un siglo de pintado,, pero no era tan viejo, sino que había llovido mucho sobre él.
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