Orlando el Farmacéutico de Cabaiguán
Cuentan que ya en el año 1912 existía un dispensario en Cabaiguán al cual acudían los pobladores del territorio para satisfacer las necesidades de los pocos productos químicos de aquel entonces para sanar las enfermedades, sin embargo aquellos primeros farmacéuticos del territorio hacían pociones mágicas para aliviar el dolor.
Orlando Rodríguez Negrín, no perteneció a la primera generación de los boticarios, pero si conoce la historia de oídas, esto lo motivó para que en 1962 comenzará como auxiliar en una de las droguerías de la comarca cuando apenas tenía 21 años de edad.
Ahora con 73 mira desde la barrera el mostrador, sin embargo: “La persona se jubila”, cuenta Roche Negrín, “pero el oficio, jamás”, pequeño de estatura, ágil como en su juventud regala recuerdos de aquella red farmacéutica existente en el municipio.
“Aquí en el pueblo estaban la Prieto, La Varela, , la Droguería Pinto, así como las de Domingo Ramos y Graciela vera entre otras, pero también existían pequeños dispensarios en las comunidades rurales más pobladas en la mayoría de las cuales trabajé”
Para Orlando, el farmacéutico, nace en la persona y en la medida que pasa el tiempo el oficio se prende del cuerpo, son muy pocos los trabajadores del sector que emigran hacia otras labores, ¿Por qué?, porque uno se enamora de las químicas de los olores, de servir a los demás y de saber orientar el empleo de muchos medicamentos”
Este 22 de noviembre, Orlando Rodríguez Negrín es de los primeros en ocupar su silla como invitado de honor porque el oficio permanece apoderado como el propio corazón del cuerpo “Seré farmacéutico mientras viva”, aunque ahora recorre con la vista los anaqueles desde la otra parte del mostrador.
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Aramis, me alegro mucho de leer este tipo de artículos de personas populare y queridas, desde que era un niño conozco a Orlando, lo veia desde mi casa frente a la farmacia piloto llegar bien temprano en su bicicleta a su trabajo, despues de ser profesional de la salud lo admiré mucho mas por su profesionalismo y su gran conrazón, mis saludos para él y que las jóvenes generaciones de farmacéuticos sigan su ejemplo.
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