Por: Aramis Fernández y Osbel Ramón Díaz
Efigenio Pino, con los pies bien puestos sobre la tierra y la mente rodeada de fantasías, anda por Cabaiguán, Cuba, cargado de muñecos, nació del vientre de la tierra el 21 de septiembre de 1943. Sudó el desalojo campesino. Sin saber de la existencia del teatro en los pedregales de Juancito Martínez, conversaba con los pájaros y saludaba a la lechuza, esa de los cuentos guajiros. Sabía que dentro de él algo raro lo motivaba y lo sigue motivando. A los 77 años sigue siendo el titiritero mayor de la provincia de Sancti Spiritus y el artista que sin titubeos llama las cosas por su nombre